Colóquese en una posición erguida
y cómoda, luego cierre los ojos. Inhale y exhale, haga este ejercicio durante
unos segundos antes de dar movimiento al cuerpo. Permita que la imaginación sea
su guía. Estírese de forma lenta y mantenida, luego abra los ojos. Tenga
presente que cada parte de su cuerpo es capaz de moverse de forma armónica e
independiente, los límites no existen si posee suficiente inspiración.
Dependiendo de su estado de
ánimo, puede escoger entre movimientos suaves o enérgicos, dejando fluir sus
sentimientos con cada paso. Si no hay sentimiento, no hay expresión, no hay
nada. Si así lo desea, puede agregar música. No cualquiera, sino una melodía
que le ayude a desarrollar el mensaje que desea transmitir con su cuerpo.
Piense que no existen palabras, solo gestos.
Intente variar el ritmo e
incrementar la dificultad con una pareja de baile. Lo primero que debe entender
es que los dos no pueden "guiar" o "seguir" al mismo
tiempo, para ello deberán turnarse. No será sencillo, la clave está en expandir
la capacidad de observación al máximo. Es mejor si se baila una melodía nunca
antes escuchada. El contacto visual es indispensable para el éxito. Trate de
descubrir el compás que va marcando su pareja con cada paso, pero tenga cuidado de no perder
los tiempos. Al momento de tocarse, más que fuerza, debe haber firmeza. Cada
quien es responsable de su propio peso.
Por último, bailar se trata de
espontaneidad y permanente creatividad, permita que su mente quede en blanco,
vacía de coreografías mecánicas y predeterminadas. Deje que surjan nuevos pasos
en cada baile.
(Hay fotografías que inspiran historias, esta que encontré por casualidad en Pinterest es una de ellas. Me han dado ganas de bailar... Feliz viernes)
(Hay fotografías que inspiran historias, esta que encontré por casualidad en Pinterest es una de ellas. Me han dado ganas de bailar... Feliz viernes)
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