Un hombre se vistió de Cristo,
trepó a un árbol y llamó a gritos a los habitantes de la aldea anunciándoles
que era hijo de Dios y que iba a hacer milagros. “Saltaré desde aquí parvolar
como un águila.” Brincó, cayó al suelo y
se rompió una costilla.
Los aldeanos lo insultaron,
tratándolo de impostor. Este, alzándose con trabajo, les dijo: “si ustedes
tuvieran fe en mí, volaría”. Le respondieron: “primero vuela, luego creeremos
en ti…”. Un loro que pasaba por allí
escuchó la discusión. Dijo: “aunque nadie tiene fe en mí, yo vuelo. Y a pesar
de que vuelo, nadie cree en mí…”. Pero los aldeanos, preocupados de apedrear al
Cristo, no le prestaron atención.
Fuente: www.planocreativo.com
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