Aquel pequeño caracol emprendió la ascensión a un cerezo en un desapacible día de finales de primavera. Al verlo, unos gorriones de un árbol cercano estallaron en carcajadas: «¿no sabes que no hay cerezas en esta época del año?» El caracol, sin detenerse, replicó: «no importa. Ya las habrá cuando llegue arriba».
Llegara o no llegara, el caracol ya las anticipaba en su imaginación, comenzando a subir con suma modestia. La paciencia es la semisuma de un trabajo modesto y de una imaginación potente que anticipa el resultado, es decir, de una mirada positiva y propositiva.
La paciencia tiene que ver, además, con la rendición positiva que no es el conformismo. Un ser paciente sigue deseando firmemente, pero deja que todo fluya y como un mago navegante, ya no se resiste a los vientos en contra, tiene la certeza de que la corriente del agua lo llevará a su puerto.
Fuente: http://planocreativo.wordpress.com
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